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Por muchos años, se tuvo la idea de que el arte no era rentable, lo que fue cierto en su momento, pero esa mala fama se ha ido transformando. Sin embargo, aún existen personas que optan por empleos por la necesidad de generar ingresos, dándole la espalda a lo que realmente aman ¿Por qué no romper el mito y demostrar lo contrario?
Rumbos inesperados
Alejandra Villanueva Zapata (27) frente al agotamiento mental de trabajar como periodista, decide renunciar y hacer lo que tanto soñaba, viajar por el mundo. Frente a la llegada del virus, Alejandra se encontraba en Tailandia, meses después regresa a Perú, topándose con la realidad de muchos. Los ahorros se estaban agotado y las empresas a las que postulaba por una oferta laboral no requerían de personal.
El sueño de Alejandra era ser diseñadora web, un día despertó con ganas de sacarse ese clavo y le propone a su hermana María José (19) crear su propia agencia. Al tener el sí como respuesta, Alejandra no la dudo y salió de inmediato a retirar su AFP. Con el dinero en mano, pone su empresa en registros públicos y crea su sitio web. Ellas al no tener mucho conocimiento, optan por capacitarse por una modalidad virtual que trajo consigo una gran para ellas, encontraron páginas dedicadas a conectar freelancers con clientes a un bajo costo, ellas entusiasmadas se suscriben y hoy en día cuentan con más usuarios.
Por otro lado, Micaela Maceiros Peral (26) quien se dedica desde muy niña al arte en todo su esplendor, rechaza la oportunidad de enseñar a niños de primaria ya que sentía que no era lo que quería. Años después, ya convertida en madre, decide aplicar sus conocimientos para brindar clases de dibujos online, la necesidad y la pandemia no le daba muchas opciones. Cuando ella noto que generar ingresos del arte no era irrealizable, decide llevar su experiencia a otros artistas por medio de un grupo en Facebook. Micaela se sorprendió al ver que en una semana ya había casi 700 miembros por lo que decide crear su canal YouTube, dando a conocer a otras personas el camino para conseguir clientes y sacar poco a poco esa creencia implantada de que el arte no te da comer.
No existe un arcoíris sin lluvia
Los artistas están en constante cambio en busca de ideas que permitan llamar la atención de sus clientes, llevándoles innovación y productos fuera de lo común. Un ejemplo de ello, lo encontramos en Gianmarco López Dulando (29).
En sus inicios, se dedicó a retratar a personas y paisajes como muchos ilustradores, fue tras la pandemia que decide bajar el precio para no perder clientes, pero esto no era beneficioso por lo que decide buscar otras alternativas. Entre investigaciones, vio un negocio en el mercado de las mascotas, muchas veces para los dueños es difícil capturar un momento por lo inquietos que pueden llegar a ser, el carácter no ayuda y otras veces, tras una perdida imaginamos momentos junto a ellos que no se pudo realizar. Por ello, Gianmarco decide retratar a los engreídos de la casa junto a sus dueños dejando volar su creatividad.
Ilustración ingeniada de la dueña junto a su mascota.
Fuente: Gianmarco Genaro López Dulanto
Para los artistas, el don que tienen les permite realizar cosas inimaginables que nos deja boquiabiertos, Arturo Rivadeneira Rodríguez (60) en base a su experiencia, lo sabe perfectamente.
Dibujante, ilustrador, caricaturista y diseñador son algunos de los talentos que posee y tras ser despedido por la reducción de clientes a un 80% decide emprender. Su mente se teletransporta a un mundo donde ve a las personas como si tuviera un ojo de pez y a la vez cuenta con la capacidad de captar rasgos y la personalidad de las personas como si fueran escaneados, fue así como empezó a preparar dibujos de todos los tipos y colgarlos en Facebook, esperando tener clientes que gusten de su obra y deseen adquirirlas. Al inicio fue difícil para estos grandes ilustradores, pero vemos que el éxito está en no rendirse.
Ilustración caricaturesca.
Fuente: Arturo Guillermo Rivadeneira Rodríguez