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Kathy Guzmán Palomino no encontraba trabajo, las deudas no paraban de aumentar. Una tarea seria el impulso para crear su negocio, viajar y dormir en un auto se convertiría en su nueva rutina para sacar su sueño adelante. ¿Será la necesidad la mejor bendición que puede sucederle a las personas?
Era una tarde de julio, Kathy Guzmán Palomino (28) en un intento de distraer su mente, entro a Facebook y como anillo al dedo, el anuncio de un curso de Despachamiento Aduanero del instituto ADEX en la modalidad virtual se abría el treinta de julio y cerraba el quince de octubre, no lo dudo y se inscribió, esa era su oportunidad de volver a estudiar ya que hace tres meses había dejado la carrera de Negocios Internacionales en su intento de reducir gastos.
La mañana del veintisiete de agosto, Kathy hacia una tarea de importaciones, debía crear un negocio ficticio, optó por el rubro de calzado, pero en ese momento ella vio la oportunidad de emprender, necesitaba dinero, pero el miedo a fracasar y su poco conocimiento en negocios la aterrorizaba. Esa misma tarde buscaría consejo en su tío que vivía al lado de su casa.
“El principal inconveniente de las personas, es la pereza para encontrar las salidas y soluciones a los problemas”, decía Carlos Pardo Jara (62) mientras acomodaba tarros de leche en los estantes de su bodega, Kathy solo lo observaba. Él al ver el rostro de su sobrina se acercó a ella y solo atinó a decir “Le diré a Avelino que te lleve mañana a Trujillo, buscaras un proveedor y puedo ofrecerlos a los clientes que vengan a la bodega”.
Varados en Huacho
Eran las diez de la noche del veintiocho de agosto, salieron de Trujillo hace seis horas del taller de zapatos de la señora Isabel Rodriguez con doce modelos de mocasines para mujeres a base de cuerina en los colores rojo, mostaza, marrón, negro y hueso. Además de comprar unos dulces típicos de la ciudad eterna de la primavera, estos con el fin de poder ganar un dinero extra aparte de la venta de zapatos.
Los peajes de Nuevo Chimbote y Paramonga fueron rápidos de pasar, pero cerca de un grifo en medio de la carretera de Huacho una camioneta policial los había detenido, dos oficiales se acercaron a la camioneta donde ellos estaban. Kathy entablaba una conversación con su papá, el señor Víctor Guzmán (56) que llevaba en su regazo una caja de alfajores, volteo a ver a los oficiales, mientras Avelino Jara (28) quien era el conductor buscaba los documentos de la camioneta que se encontraban dentro de un cajón de la parte del copiloto.
La policía los detuvo, tenían que dormir estacionados en la vía auxiliar. Esa noche Kathy no podía dormir, tenía miedo de que una persona les rompiera la luna o intentaran robar sus productos que se encontraban dentro de la maletera, solo quedaba esperar a que fueran las 4 a.m. para volver a Carabayllo.
En marcha
Kathy terminó su primera venta de zapatos la primera semana de septiembre, todo ese tiempo pensó en un nombre único para su marca y surgió el nombre en quechua Sumaq que significa estilo, sumado a las letras KM que son las iniciales de ella y su hermana.
La ayuda de su tía Edy Palomino Pardo (49) logro mandar a hacer bolsas y stickers con el nombre de la marca, para así envolver y enviar los productos a sus clientes, todo esto sirvió a que se hiciera conocido su negocio en su barrio de Carabayllo, logrando así crear su página de Instagram para llegar a más distritos.
“Cambie de proveedor para la campaña de Diciembre” menciona. Ella por Instagram logró contactar con el taller de Rafaela López (58) en Trujillo, quien le ofrecía zapatos, correas y carteras a un precio accesible, firmó su primer contrato. Estaría viajando a quincena de diciembre a recoger sus productos.
Kathy Guzmán Palomino empaquetando
Fuente:
Nicole Paredes Palomino